Un informe reciente de The New York Times señaló que los estadounidenses compraron aproximadamente medio millón de bicicletas eléctricas en 2020. En comparación, compraron solo 231,000 autos eléctricos durante ese mismo período de tiempo, y eso es un gran problema, desde un punto de vista de la infraestructura, en un momento en el que los políticos ya están lidiando con el futuro del transporte sostenible.
Uno de los principales impulsores del auge de las bicicletas eléctricas fue la pandemia, que disparó las ventas de bicicletas eléctricas en un 145% de 2019 a 2020, según el NYT. Eso es el doble de la tasa de ventas de bicicletas tradicionales.
Esta tendencia no parece estar desacelerándose. La consultora Deloitte estima que se venderán aproximadamente 130 millones de bicicletas eléctricas entre 2020 y 2023 en todo el mundo.
Muchas áreas metropolitanas importantes como las ciudades de Nueva York y Chicago ya han comenzado a incorporar bicicletas eléctricas en su infraestructura de transporte público. En la actualidad, también hay una propuesta de ley del Senado de los Estados Unidos que ofrecería un crédito fiscal al comprar una bicicleta eléctrica, incentivando aún más el modo de transporte alternativo.
Con los automóviles propulsados por combustibles fósiles a punto de desaparecer, esto podría significar que las bicicletas eléctricas, son el futuro de los desplazamientos urbanos. Esperemos que las autoridades locales estén conscientes de este fenómeno y canalicen las inversiones en infraestructura necesarias y estímulos fiscales para incentivar el uso de las bicicletas eléctricas en nuestro país.